Las Navidades son una época muy esperada para muchos y poco ansiadas para otras personas. La Navidad y su celebración, puede causar sensación de tristeza, nostalgia, estrés a muchas personas. Hablamos de una época de gran compromiso social y familiar, de atender las necesidades de los demás por encima de las de uno mismo, incluyendo las emocionales con las consecuencias que ello supone.
El por qué de la tristeza Navideña
Aunque para muchas personas las compras, los villancicos, los regalos, los reencuentros sociales y familiares propios de la época de Navidad producen ilusión y alegría para otras personas es una época complicada a nivel emocional, donde todo lo anterior queda relegado a la insatisfacción y tristeza, prefiriendo no festejar nada y viéndose en la obligación de hacerlo para atender y complacer las necesidades de los demás.
En muchos casos se describe la Navidad en la infancia como una etapa mágica, cargada de ilusión, que crea un fuerte impacto en nuestra memoria, y que, como adultos, recordamos con una gran carga emocional.
La vida adulta se acompaña de cambios, de pérdidas o de problemas que pueden llevar a frustración sobre todo si comparamos las Navidades anteriores o de hace años con las actuales. El tener las expectativas en el antes y no en el presente, conduce a la frustración.
Algunos tips para adaptarnos a la Navidad y vivirla de otra manera:
- Céntrate en el momento presente: hacer un esfuerzo por estar en el presente y valorar aquello que nos rodea hoy en día, las personas que tenemos, los momentos planificados con ellas, nuestros planes, logros, mejoras, pueden ayudarnos conectar con nuestro presente y disfrutar de un entorno más agradable.
- Planea con tiempo: al igual que podemos planear o planificar un viaje con todo lo que conlleva (gasto económico, preparación de equipaje, de qué personas nos vamos a rodear etc) , podemos hacer lo mismo en Navidad si la planificamos con tiempo de manera que podamos vivir esta época con mayor control, tranquilidad y podamos decir que no o pedir ayuda si así lo necesitamos para no sentirnos sobrepasados.
- Evita los conflictos: Es normal que existan cuando nos vemos en el compromiso de rodearnos de personas con las que no somos afines. Pero la mejor manera de que no nos afecten es tratando de evitarlos. Anticipar y preparar algunas respuestas ante posibles situaciones de conflicto o que nos puedan hacer daño. Por ejemplo: “prefiero que no hablemos de esto hoy”, “creo que este tema no procede en un día como hoy. Me hace daño”.
- Baja las expectativas: tener expectativas muy elevadas y buscar la perfección puede conducir a la frustración. Tener en cuenta que lo perfecto no existe y que los planes pueden cambiar, te ayudará a valorar lo que sí se mantiene en tu vida a pesar de los cambios que puedan surgir.
- ¿Qué hábitos pueden ayudarte a llevar mejor esta época estresante? Haz una lista de aquellas estrategias que te funcionan ante el estrés y ¡ponlas en práctica!.
Practica la asertividad
La asertividad es clave en nuestro día a día. Puedes aprovechar esta época de compromisos para entrenarla.
Recuerda que:
- Tienes derecho a decir que no.
- Puedes expresar cómo te sientes, sin tener que invalidarte.
- Tus necesidades personales y emocionales son tan importantes como las de los demás.
- Puedes pedir ayuda.
- Si algo te molesta, educadamente, debes decirlo.
- Si no te apetece hablar de un tema o si algo te hace daño puedes comentarlo.
- El objetivo no es complacer las necesidades de los demás y olvidarte de las tuyas.
- Trabaja tus necesidades y tus límites personales con anterioridad para que te resulte más sencillo.
Si te sientes identificado/a con la información anterior y crees que puedes necesitar ayuda, no dudes en contactar con nosotros. En Psicólogos Fernández Oviedo, estaremos encantados de ayudarte:
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Desde Psicólogos Fernández Oviedo, les deseamos ¡Felices Fiestas!